Según la Comunidad económica europea ya no se puede ser una empresa agrícola competitiva sin poner los medios y las barreras necesarias para ser sostenible y segura para el consumidor final. Creando así una normativa y regulación de los estimulantes agrícolas.

Hasta hace poco la innovación ha estado totalmente reñida con la seguridad, pero en los tiempos que corren es totalmente lo contrario; innovar es sinónimo de sostenibilidad, seguridad, ecología, energía verde y limpia, y agricultura 3.0 en definitiva.

Desde Bruselas se va a realizar un seguimiento exhaustivo a los BIOESTIMULANTES que se usan en la agricultura, al amparo del Real Decreto 999/2017; este nuevo ámbito en cuanto a los cultivos y la seguridad en la nutrición dará, más si cabe, un nuevo empuje a la profesionalización del sector, ya que toca diferentes aspectos en cuanto a fabricación, etiquetado, certificación y comercialización de productos agrícolas VS estimulantes no naturales.

Estos BIOESTIMULANTES, según este real decreto, se convertirán en una nueva categoría de “aceleradores”, los cuales ayudan a que los cultivos de hortalizas y frutas sean más rápidos. Al amparo de este nuevo marco, desde cualquier país europeo se podrán hacer seguimiento de cualquier producto, pudiendo comprobar información como procedencia, calidad, agentes que inciden en el cultivo, etc, etc.

Repetimos que esta nueva tendencia propondrá el seguimiento, control e investigación de agentes tan controvertidos, como los BIOESTIMULANTES, los FERTILIZANTES, los PESTICIDAS, el BIOCARBÓN, los BIORRESIDUOS y sobre todo el polémico CADMIO presente en los fertilizantes que se usan en agricultura.