Muchas de las grandes multinacionales de herbicidas y plaguicidas están sumamente preocupadas por el descenso en las ventas de los productos que comercializan. El motivo es que la industria agrícola se ha aliado con la tecnológica para buscar fórmulas menos invasivas a la hora de tratar sus cultivos.

Pero la pregunta es, ¿cómo se ha conseguido esta situación?

Gracias a la tecnología, la industria agrícola se ha puesto las pilas y generando una alianza con la tecnología se han podido crear unos robots, los cuales, mediante guarismos, posiciones, cifras y, en definitiva, las matemáticas y la ciencia son capaces de administrar en dosis mucho más pequeñas los plaguicidas necesarios para “tratar” los cultivos. Esto, a bote pronto, no sólo supone una mejora ostensible en el medio ambiente, ya que la aplicación de los herbicidas de manera indiscriminada, sin casi control y en grandes cantidades no sólo suponía un peligro para la salud del usuario final, si no un deterioro del ecosistema.

También muy importante, resulta, que el uso de estos robots, o de drones en los cultivos agrícolas, y esta dosificación en cuanto al suministros de plaguicidas, es el hecho de que al usarlo de manera más focalizada conseguimos un ahorro de costes considerable en el bolsillo de los agricultores, de ahí la preocupación de las grandes firmas fitosanitarias.

Dicho todo esto, seguro que estáis considerando la posibilidad de informaros de esta tecnología, pero os embargara la pregunta de que, seguro que estos mecanismos son caros, costosos y al alcance de sólo unos pocos. Nada más lejos de la realidad. Los robots y los drones son más sencillos de lo que parecen y pueden ser el equivalente a 2 personas realizando el mismo trabajo. Además, la energía solar y la eólica son grandes socios que pueden hacer mucho más llevadero el costo del mantenimiento de estas herramientas.

Al final, parece que la automatización y la digitalización también han venido para quedarse en el entorno agrícola, y queda patente y más que demostrado que esta revolución mecánica supone un aumento de la productividad y de los resultados de cualquier sector, el agrícola que tanto mueve no iba a ser una excepción.