Almería es la provincia española que más dinero inyecta a la economía agrícola española, y sorprendentemente es la que menos ayudas en inversión recibe. ¿Cómo es posible que se produzca esta paradoja? ¿Cómo es posible que Almería sea la provincia española que más exporta y por el contrario es la que menos compra en el exterior? Vamos a intentar arrojar un poco de luz a por que sucede esta situación.

Almería en los primeros puestos.

Almería no sólo supone que está situada en el primer puesto en exportación agroalimentaria al exterior, es decir, a Europa y resto del mundo, sino que en el pasado 2016 casi duplicó las exportaciones y las ventas al exterior.
Además ha contribuido a crear riqueza, empleo e imagen a toda España y a países foráneos, siendo una pieza fundamental también en el incremento de riqueza del estado español vía impuestos directos e indirectos.
Si no fuese por la magnífica salud de la que goza la agricultura en Almería, de seguro el saldo comercial de Andalucía estaría bajo mínimos. La fortaleza del motor agrícola de Almería equilibra esa balanza. De hecho varios estudios han arrojado como resultado que 1 de cada 4 hortalizas almerienses se consumen en Alemania, demostrando la fortaleza de nuestra economía. Aunque no sólo se vende al país Germano, países europeos de primer nivel como los del Reino Unido, USA o Francia también son grandes consumidores nuestros.

En definitiva, la energía y la resistencia a todos los avatares que le han puesto en el camino a la agricultura almeriense durante los últimos 30 años, por parte de los organismos estatales y nacionales, no han hecho si no que el modelo de economía de la agricultura almeriense se sepa reinventar, y que aprenda a caminar sola y a alcanzar cotas inusuales sin ayuda económica ni inversiones externas.

Este modelo de negocio del agricultor almeriense y empresas auxiliares a la agricultura almeriense debería ser digno de estudio y de seguimiento por parte de otras economías, no solo nacionales, sino también del exterior.